domingo, 1 de septiembre de 2013

Lo triste es más atractivo.

Me estoy curando, o eso creo entender. Estoy más cerca de ser 'una persona feliz' o eso dicen. Aunque más bien creo que no estoy cerca de ser feliz, sino que estoy cada vez más lejos de mi. Ya no intento curarme, estoy aprendiendo a vivir con la herida.

El mundo de los tristes tiene atractivo únicamente para las personas felices a las que no les falta un trozo de alma. Aunque he visto personas felices llorar, sí.
He visto felices queriendo entrar en la tristeza por el mero hecho de escribir algo que arranque una reacción, pero no se dan cuenta de que esas líneas no se escriben, se sangran. No se dan cuenta de que la tristeza conmueve desde fuera. Y si realmente leer algo triste por mínimo que sea te recuerda a ti te aseguro que no eres tan feliz como creías.

Yo era feliz, puedo decirlo, me levantaba sin pensar en cuantos días me quedarán así.
Sonreía. Y al principio tenía miedo, pensaba que alguien feliz no podía escribir esto.
Después me di cuenta de que me había convertido en alguien gris, triste.
Sangraba encima del papel y le pillé el gusto.
Dejé de luchar por salvarme.
Hice de lo triste lo mío. O la tristeza me convirtió en algo suyo, no recuerdo.
Los felices ignoran eso. Yo mismo lo ignoraba.

Ser feliz para mi no tenía mérito pero he recordado que la ignorancia es la felicidad.