miércoles, 24 de julio de 2013

Nuestro precipicio.

¿Son bonitas las vistas eh? Dije mientras contemplábamos juntos mi desastre, a los dos nos colgaban los pies de aquel bonito precipicio y no creas que nos importaba demasiado.
Corríamos el riesgo, ese riesgo que supone quererse, resultaba peligroso sí, lo sabíamos los dos pero el amor es ciego y no muy cuerdo que digamos.

Fuimos a darnos un paseo por lo que quedaba de mi, intentó unir trozos y arreglar rotos, pobre chica, andaba tras un imposible, yo lo veía, ella no quería verlo. Para cuando me di cuenta mis heridas estaban cerrándose. Se llevó los restos de mi corazón en el bolsillo.

Había tenido el valor de arreglar, de hacer que volviera a ser feliz, lo tenía todo para mí una vez más y claro que hay sitio para dos ahí, pero.. ¿Quién merece tales vistas? Sin duda, ella.

martes, 9 de julio de 2013

9293A, 116.

Y hasta el más triste un día cualquiera puede ser feliz, ¿el motivo? Difícil de explicar, muy fácil de sentir algo increíble al recordarlo. Incluso los médicos recomiendan algo de aventura en nuestras vidas, tú has conseguido darle eso a mi día a día. Eran las ganas de tenerte cerca contra todas y cada una de mis manías, pero va ser verdad eso que dicen que algunas veces lo mejor es dejarse llevar y disfrutar.

No soy como quieres, quiéreme si puedes, juegas con ventaja, te has hecho un hueco en mi cabeza, tú misma dices que ahí se concentra una bomba de relojería a punto de estallar.

No seré el que más veces te dirá 'te quiero', eso del amor siempre me ha quedado pendiente, pero puedo intentar que esa sonrisa de idiota no se te quite de la cara.